Cruzando la frontera
abajo del río
la encontré.
Sus ojos
color cielo intactos.
Su cristal de corazón
tembló ante mí
recordando esos tiempos.
Alto el fuego
grito la princesa banana
queriendo matar nuestro amor.
Solo
la madre tierra nos entiende
Mi memoria
de cuero desteñido
voló hasta La Paloma
para luego escapar
al sur
del
sur.
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