(Cincuenta en romanos es una L, ¿casualidad con la inicial de mi nombre?)
El viernes 19 cumplí orgullosos 50 años. Fue un día plagado, repleto de emociones. Algunos fueron testigos. Arranque a la mañana en un reunión trimestral de la compañía, donde después de un par de charlas a cargo de directivos, el director de RRHH me hizo pasar al escenario para soplar un vela por mi cumpleaños y por el de la compañía (que cumplió 16 años un par de días antes). Aplausos y el tradicional canto, hicieron que mi garganta se cerrara y ni siquiera pude decir gracias por la torta. Y a la noche en casa, fue tremendo. Emociones por doquier. Hijos, familia, amigos, y un libro que un amigo del alma (Jorge Sklenar) armó con recuerdos de otros tantos amigos, que me dejo casi sin habla. Agradecí con el hilo de voz que las lágrimas dejaban escapar. El libro se llama "50 años-50 historias". Tremendo. El aporte de Luichi fue vital. Reí y llore leyéndolo. Y cada vez que lo vuelvo a leer, me pasa lo mismo. Río y lloro. Mago por un lado, y cantos a cargo de Clari, con Matu en el teclado.
Gracias totales a Tesi, Clari, Luichi, Matu y Die, por ese cuadro tremendo que resume mis 50 años.
Gracias totales a Tesi, Clari, Luichi, Matu y Die, por ese cuadro tremendo que resume mis 50 años.
Gracias a mi viejos y a mis hermanos, por estar, cerca o lejos, pero estar, en este momento de mi vida.
Gracias a todos los que participaron contando cosas en el libro de mi vida, recordando lo olvidado.
Y como dijo Alterio en Caballos Salvajes: LA PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVO!!!!
Gracias a todos los que participaron contando cosas en el libro de mi vida, recordando lo olvidado.
Y como dijo Alterio en Caballos Salvajes: LA PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVO!!!!