Pintaría una utopia.
Un mundo
con días de más horas
para que el tiempo alcance y cumplir nuestros sueños
con pobres no tan pobres, y ricos,
y el resto
ya que la igualdad no existe ni existirá
con dolores más suaves
para que ellos nos sigan enseñando
pero más dulcemente
donde el egoísmo y la solidaridad estén en equilibrio
donde gracias tenga nombre y apellido, no un dios sin cara
y que el verde no sea el único color de la esperanza.