Había una vez
golondrinas vengadoras
que cazaban niños con gomera
por placer
pasto de seda
junto a la rosa de alpaca
mientras esta bailaba
ballenas resentidas
que cazaban hombres con arpones
para vender su sangre como aceite
semillas de agua
mezcladas con tierra de gasa
floreciendo cardos de terciopelo
vacas hambrientas
que destripaban carniceros con cuchillo
para comer sus entrañas
arboles de algodón
que abanicaban sus hojas de aire
acariciando mi musa
árboles rengos
mutilando carpinteros
para armar mesas de huesos.